miércoles, 25 de febrero de 2009


Es temporada de Carnaval, ocasion perfecta para hacer travesuras. No tengo por que preocuparme de mi apariencia... Sin embargo, este año es diferente, busco encarnar algo diametralmente opuesto, desde mi sexualidad hasta mi personalidad ...He cortado mi cabello y la ropa que me cubre disimula mis curvas: Mis senos, mis caderas,etc; esas redondeces unicas del genero femenino. Los zapatos son una talla mas grande, sin tacon alto. Pequeñeces que permitiran al espejismo ser tan real como para engañar al mas esceptico y cinico. Mi comportamiento y tono de voz se han alterado. Me he adueñado de mi masculinidad, me ha permitido ser, en todos los aspectos, ese hombre que siempre estuvo bajo la superficie de mi piel...

Arribo a mi destino: El burdel mas caro de la cuidad. Me dirijo a la entrada, como un cliente mas. Mi porte y mi apariencia reflejan clase y dinero, requerimientos absolutos para entrar a este mundo de excesos y derroches. Adentro, me sumerjo en el ambiente. Con una gran bocanada aspiro las emociones que hacen en aire mas pesado, para sacar de mi blazer un habano, encenderlo y dirigirme a la barra..

Observo todo: la pista de las bailarinas semidesnudas, los comodos sillones que ofrecen "Atencion personalizada" y, cerca de un oscuro pasillo, las posibilidades disponibles para el " entretenimiento" de los clientes.

Hay de todas clases, edades y ambos sexos. Todos son hermosos y cada uno ofrece una larga lista de opciones para el "disfrute". Sin apuros, me acerco. Escojo una pareja no mayor de 17 años, de rasgos exoticos, y , con ellos, entro al cubiculo asignado. No es muy grande, pero resulta comodo, bastante elegante para hacer placentera la visita.

Me recuesto en la cabezera de la cama, les ordeno que se desvistan el uno al otro, saboreo con anticipacion estos deliciosos bocados mientras los miro llevar a cabo mi orden. El olor de su piel sudorosa, la incertidumbre ante lo que ellos imaginan seguira a continuacion y su propio deseo y exitacion hacen que se despierte en mi esa "ansiedad". Se suben cada uno a un lado de mi cuerpo, me ofrecen ligeros besos en la cara, en la boca, en el cuello, que cada vez se hacen mas apasionados.

Lentamente me liberan de mi atuendo, yo beso a uno y a otro, indistintamente. Mis manos recorren su piel, deteniendome en los lugares indicados. Entre un ajdeo y otro, mi necesidad aumenta con fuerza; una ligera capa de sudor carmesi cubre mi cuerpo. Primero, una ligera probada de la suave parte interna del muslo de ella, luego un poco de la cadera de el. Asi, entre mordidas y orgasmos les absorbi toda la sangre, hasta que no quedo nada de vida en sus cuerpos.

Al terminar, me levante de la cama, me vesti y cancele la cuenta. Regrese a casa, absolutamente saciada con los acontecimientos de la noche...

++ Lady Deb ++

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